Las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, en su momento fundacional y en los años sucesivos, han sido un factor decisivo en la escolarización de la población rural de Andalucía. Las Escuelas SAFA optaron decididamente, desde sus comienzos, gracias a la intuición evangélica y al celo apostólico de su fundador, el P. Rafael Villoslada Peula, s.j., por las clases y las personas más necesitadas de la región, a las que la educación hubiera tardado aún más en llegar en condiciones accesibles para ellas.
Las Escuelas SAFA hicieron una opción por los más pobres, haciendo llegar a ellos gratuitamente la educación. SAFA se convirtió así realmente en un medio eficaz de promoción de las clases necesitadas de Andalucía y de una cierta superación de los desniveles con respecto a otras clases sociales.
Desde sus comienzos, el funcionamiento de la Institución y de sus centros es obra de una amplia colaboración entre la Compañía de Jesús, por medio de un reducido número de jesuitas, y otras muchas personas que no lo son, pero que participan del proyecto institucional de SAFA.
Es este un aspecto sumamente valioso de SAFA, que sirve en algún modo de modelo a otras instituciones, particularmente en el momento presente en el que todos nos damos cuenta de que, para ser eficaces en el texto educativo y aún para mantenernos competentemente en él, es necesario sumar fuerzas y competencias y aunar voluntades.
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